Ómnibus: ¿Qué es y cómo puede impactar a Colombia en términos de sostenibilidad?

Introducción: Un cambio en la normativa de sostenibilidad global

La reciente iniciativa Ómnibus de la Comisión Europea ha generado un amplio debate en el ámbito de la sostenibilidad empresarial. Este paquete legislativo busca modificar y flexibilizar dos regulaciones clave: la Directiva sobre Información Corporativa en Sostenibilidad (CSRD) y la Directiva sobre Diligencia Debida en Sostenibilidad (CS3D). Su impacto podría transformar la forma en que las empresas europeas y extranjeras abordan la transparencia, el reporte de sostenibilidad y la gestión de riesgos ambientales y sociales.

Pero, ¿qué significa esto para Colombia y su sector empresarial? ¿Cómo puede influir en la competitividad, el acceso a mercados internacionales y las regulaciones futuras en el país? En este artículo, exploraremos qué es una iniciativa Ómnibus, cómo afecta la sostenibilidad corporativa y cuáles pueden ser sus implicaciones en el contexto colombiano.

1. ¿Qué es una iniciativa Ómnibus?

El término Ómnibus se refiere a una estrategia legislativa mediante la cual se agrupan múltiples modificaciones normativas en un solo documento legal. En lugar de tramitar cada cambio de manera independiente, los gobiernos o entidades regulatorias presentan un único paquete que afecta diferentes áreas, en este caso, la sostenibilidad empresarial.

El uso de leyes ómnibus no es nuevo. En diversas regiones del mundo, se han utilizado para acelerar reformas económicas, ambientales y sociales. Sin embargo, este formato también es objeto de controversia, ya que al abarcar múltiples temas en un solo documento, reduce el tiempo de debate y puede incluir medidas que beneficien a ciertos sectores en detrimento de otros.

En el contexto europeo, la iniciativa Ómnibus busca reducir la carga regulatoria sobre las empresas, especialmente en el ámbito de los reportes de sostenibilidad y la diligencia debida en derechos humanos y medio ambiente. Pero esto tiene repercusiones no solo en Europa, sino también en países con lazos comerciales como Colombia.

2. Principales cambios en la iniciativa Ómnibus de la UE

La Comisión Europea ha propuesto cambios significativos en dos regulaciones claves:

a) Directiva sobre Información Corporativa en Sostenibilidad (CSRD)

Menos empresas obligadas: Se reducen en un 80% las empresas sujetas a la norma. Solo deberán reportar aquellas con más de 1.000 empleados y 450 millones de euros en ingresos anuales.

Aplazamiento de plazos: Empresas que debían reportar en 2026 o 2027 ahora lo harán en 2028.

Simplificación de requisitos: Se revisarán los Estándares de Reporte de Sostenibilidad Empresarial (ESRS) para reducir la cantidad de información exigida.

No habrá estándares sectoriales obligatorios.

Las empresas extranjeras que operen en la UE solo estarán obligadas si generan más de 450 millones de euros dentro del bloque.

b) Directiva sobre Diligencia Debida en Sostenibilidad (CS3D)

Aplazamiento de requisitos: Se pospone su aplicación hasta 2028 para las empresas más grandes.

Restricción de normativas más estrictas: Los Estados miembros de la UE no podrán establecer regulaciones más exigentes.

Eliminación de responsabilidad civil: Las empresas ya no podrán ser demandadas por impactos ambientales o en derechos humanos.

Exclusión del sector financiero: No aplicará la diligencia debida a bancos e instituciones financieras.

Menos obligaciones sobre relaciones comerciales: Ya no será obligatorio cortar lazos con socios comerciales involucrados en violaciones de derechos humanos.

Estos cambios han sido bien recibidos por algunos sectores empresariales, que argumentan que aligeran la carga regulatoria y permiten mayor flexibilidad. Sin embargo, organizaciones ambientales y de derechos humanos han criticado la iniciativa, señalando que diluye las responsabilidades corporativas en sostenibilidad.

3. ¿Cómo impacta esta reforma a Colombia?

Colombia tiene una relación comercial estrecha con la Unión Europea. En 2022, las exportaciones colombianas a la UE alcanzaron los 7.000 millones de dólares, destacándose sectores como la agroindustria, el café, el petróleo y los productos mineros. Las empresas colombianas que operan en Europa o que tienen relaciones comerciales con empresas europeas podrían verse impactadas por esta nueva regulación.

A continuación, se analizan los principales efectos en el país:

a) Reducción de la presión regulatoria en exportaciones colombianas

Uno de los principales cambios es que menos empresas europeas estarán obligadas a exigir reportes de sostenibilidad a sus proveedores internacionales. Esto significa que las empresas colombianas que exportan a la UE podrían enfrentar menos requisitos de transparencia y diligencia debida en temas ambientales y sociales.

Si bien esto puede parecer un alivio para algunas compañías, también implica una pérdida de ventaja competitiva para aquellas que ya han implementado estrategias de sostenibilidad alineadas con estándares europeos. La sostenibilidad ya no será un requisito obligatorio, sino un diferenciador de mercado.

b) Impacto en la inversión extranjera en Colombia

El hecho de que las instituciones financieras europeas no estén obligadas a cumplir con la CS3D puede reducir la cantidad de inversiones responsables y sostenibles en Colombia. Muchos fondos de inversión con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) podrían ver reducida su presión regulatoria y optar por otros criterios financieros.

Esto podría afectar proyectos de energías renovables, infraestructura sostenible y conservación ambiental, que dependen en gran parte del financiamiento extranjero.

c) Cambio en la percepción de la sostenibilidad en Colombia

Si la Unión Europea –históricamente un referente en regulaciones ambientales– flexibiliza sus requisitos, esto podría influir en la forma en que Colombia adopta y refuerza sus propias normas de sostenibilidad.

Por ejemplo, el país ha avanzado en temas como la Taxonomía Verde Colombiana, los bonos verdes y los requisitos de sostenibilidad para empresas BIC. Pero si Europa reduce su exigencia, podría haber menos presión para que Colombia mantenga estos avances, especialmente en el sector privado.

d) Posibles barreras comerciales en el futuro

Si bien esta reforma alivia ciertos requisitos, existe el riesgo de que en el futuro la UE endurezca nuevamente las regulaciones para responder a la presión pública o a nuevas políticas ambientales globales.

En ese escenario, las empresas colombianas que no se adapten a tiempo podrían enfrentar barreras comerciales más estrictas en el futuro.

4. ¿Qué pueden hacer las empresas colombianas ante este cambio?

A pesar de la flexibilización regulatoria en la UE, la sostenibilidad sigue siendo una tendencia global irreversible. Las empresas en Colombia deben considerar estrategias para mantener su ventaja competitiva en mercados internacionales:

Seguir implementando buenas prácticas de sostenibilidad:

Alinear sus reportes con los estándares de GRI, SASB y las Normas de Sostenibilidad de las NIIF.

Mantener altos niveles de transparencia para atraer inversores sostenibles.

Aprovechar la reducción de la competencia regulatoria:

Las empresas que mantengan estándares de sostenibilidad podrán diferenciarse en el mercado.

La certificación en sostenibilidad puede convertirse en un valor agregado.

Fortalecer relaciones con socios europeos:

A pesar de los cambios en la normativa, muchas empresas europeas seguirán valorando la sostenibilidad.

Construir relaciones con clientes comprometidos con ESG puede garantizar estabilidad a largo plazo.

Prepararse para futuras regulaciones:

Las regulaciones de sostenibilidad pueden volver a endurecerse.

Las empresas que se anticipen estarán mejor posicionadas para el futuro.

Sostenibilidad como estrategia, no como obligación

La iniciativa Ómnibus en la UE marca un cambio en la regulación de sostenibilidad, pero no significa que la sostenibilidad deje de ser importante. Para Colombia, este ajuste presenta desafíos y oportunidades.

Las empresas que vean la sostenibilidad como una estrategia de negocio y no solo como un requisito legal estarán mejor preparadas para competir en el mercado global. La clave no es reducir esfuerzos, sino mantenerse a la vanguardia y aprovechar la ventaja de liderar en sostenibilidad.